Por Juan López
El presidente Abinader, obsesionado “por ser recordado como el presidente reformador”, y sus estrategas implementaron una amplia y costosa campaña mediática, acompañada de “una pública advertencia política a los legisladores del PRM”, para imponer a la sociedad dominicana la percepción de la necesidad de modificar la Constitución.
Con ese objetivo, el pasado 19 de agosto, el consultor jurídico de la presidencia depositó en el Congreso Nacional el proyecto de ley para convocar la Asamblea Nacional Revisora de la Constitución.
Entre los propósitos de la convocatoria se incluyó la pretensión de modificar los artículos 209 y 274 de la Constitución, a los fines de unificar las elecciones municipales con las elecciones congresuales y presidenciales, a partir de 2032.
Esa unificación sería un lamentable retroceso político-electoral. Para su justificación, el presidente Abinader y un equipo de “opinólogos” están promoviendo una narrativa en dos vertientes populistas que, a simple vista, «resultan agradables»: a) Con la unificación de las elecciones se ahorrarían varios millones de pesos del erario y b) se reduciría el tiempo dedicado a campañas electorales porque, supuestamente, las campañas generan desasosiego a las familias y trastornan las actividades productivas del país.
Los patrocinadores de dicha unificación, que significa un retroceso político-electoral, olvidan a propósito: a) Que la separación de las elecciones municipales de las nacionales fueron, originalmente, ideas del Dr. José Francisco Peña Gómez, como parte de las propuestas del “Pacto por la Democracia”, para resolver la grave crisis post-electoral de 1994.
Con esa pretendida unificación, también ignoran la importancia que el visionario Padre de la Patria, General Juan Pablo Duarte, en su proyecto de Constitución importantizó los gobiernos municipales cuando establece que los poderes constitucionales “…Para la mejor y más pronta expedición de los negocios públicos se distribuyen en Poder Municipal, Poder Legislativo, Poder Judicial y Poder Ejecutivo”. ¡Separando cuatro poderes del Estado!
Por las anteriores observaciones históricas y políticas y por positivas experiencias de varios países; nos identificamos plenamente con el contenido de la “Declaración Pública” que hizo el Foro de Municipalistas, mediante la cual valoran la importancia social y pertinencia política para que las elecciones municipales se realicen por separado de las nacionales, preferiblemente, cada dos años. Es decir, elecciones a medio término del cuatrienio gubernamental, por las siguientes consideraciones:
- – Es una verdad a media que la unificación de las elecciones reduce los costos y tiempos del montaje de los procesos y de las campañas electorales. Unidas o separadas, en nuestro país se realizan los diferentes niveles de campañas electorales, con inversiones económicas que juntas o separadas tendrían pocas diferencias en los gastos del Estado en las elecciones municipales para alcaldes y regidores, en distritos municipales para directores y vocales; congresual para diputados y senadores y presidenciales.
2.- El escrutineo de las votaciones en elecciones unificadas sería un verdadero infierno en los cientos de colegios electorales. El cotejo y conteo de los votos, sus debidos registros y llenados de las actas así como la final transmisión de los resultados de los cientos de candidaturas municipales (alcaldes, regidores, directores y vocales) con los senadores, diputados y presidentes en una misma jornada serían interminable y muy complejos que afectarían sus necesarias transparencias.
3.- Las supremacías políticas de las elecciones nacionales (congresuales y presidenciales) arrastran las candidaturas y reducen el valor político de las elecciones municipales, al tiempo que castran el surgimiento y desarrollo de nuevos líderes políticos locales que podrían formar parte de los necesarios liderazgos nacionales de las futuras generaciones.
4.- Las divulgaciones de las propuestas programáticas, imprescindibles para solucionar los problemas y necesidades inmediatas que afectan a los pobladores de las diferentes demarcaciones territoriales. serán invisibilizadas, opacadas y minimizadas por las ampulosas campañas y propuestas programáticas de los candidatos congresuales y presidenciales, complementando de ese modo el arrastre político.
5.- Con las elecciones municipales separadas, cada dos años, los electores tendrán la oportunidad y el derecho de escoger con más independencia, mejores conocimientos de los perfiles de los candidatos y sus propuestas, lo cual mejora la calidad del voto y la legitimidad de las autoridades de los gobiernos municipales que resultaren elegidas.
6.- También, las elecciones separadas contribuyen con la necesaria descentralización de las funciones y competencias de las instituciones estatales y mejora la autonomía de la administración municipal.
La pretensión de unificar las elecciones municipales con las congresuales y presidenciales resulta contraproducente. Por tal razón y, a pesar de la advertencia y presiones ejercidas por el presidente Abinader y un sector de la cúpula del PRM, importantes dirigentes, alcaldes, regidores, directores y vocales de los distritos municipales que son militantes del PRM, algunos en público y muchos más en privado, han manifestado que se oponen la propuesta de unificar las elecciones.
Conservamos la esperanza de que la necesaria autonomía de nuestros gobiernos municipales y la sensatez de los líderes del PRM, de los partidos de oposición con representantes en la Asamblea Nacional Revisora y la influencia de importantes organizaciones de la sociedad civil rechazarán la desaforada propuesta de unificar las elecciones. Por el contrario, gestionarán que, a partir de las elecciones de 2032, en nuestro país las elecciones municipales se realicen cada dos años, con lo cual se fortalecerá el poder municipal, el sistema de partido y la gobernanza democrática en la R. Dominicana. ¡Ojalá así sea!